Xibalba • Un viaje fílmico épico al inframundo

El Día de los Muertos es una festividad importante en México, en la que amigos y familiares se reúnen para honrar y rezar por los seres queridos que ya no están. Cada año, Victoria Cerveza celebra esta fiesta rindiendo tributo a las antiguas tradiciones de la cultura indígena mexicana, incluidas la Azteca, Maya y Nahuatl. Para la segunda de una serie de cortometrajes anuales, nos asociamos con la marca, Ogilvy y el director de cine Salomon Ligthelm para llevar a los espectadores en un viaje épico a través de Xibalba, el concepto maya del inframundo.

Según el mito maya, entrar a Xibalba no es tarea fácil, ya que se debe superar una serie de pruebas antes de alcanzar el descanso eterno. Nuestro corto sigue al recientemente fallecido Ikal mientras es recibido por Ah Puch, el Rey-Dios de la Muerte, que lo conduce a las profundidades del inframundo mientras una historia paralela muestra a su familia llorando su muerte y rezando por un pasaje exitoso. Filmado en distintas ubicaciones a lo largo del estado de Yucatán —hogar del pueblo maya— el cortometraje es una odisea visualmente conmovedora a través de despedidas y reencuentros, contada con el trasfondo de las tradiciones y los peligros del inframundo.

Llevar a los espectadores en un viaje sublime por el inframundo fue la culminación de varias de las habilidades de nuestro equipo multidisciplinario. Nuestro equipo de empleados in-house manejó tanto la producción como la postproducción, incluido el trabajo de VFX que entregó las espectaculares imágenes de Xibalba a los espectadores. Una musicalización dramática original ideada por nuestros musicalizadores transportó la resonancia emocional de la historia hasta los hogares. “Siempre es un placer trabajar con un equipo de personas verdaderamente colaborativo en piezas creativas increíbles”, dijo Salomon Ligthelm, el director del cortometraje. 

Finalmente, desarrollamos La Ofrenda Más Grande De México, una experiencia WebGL que invita a la gente a descender por un sendero iluminado con velas y bordeado por ofrendas virtuales, o altares dedicados a los muertos. Los visitantes podían visitar cada altar para brindar su homenaje e incluso construir uno propio en memoria de un ser querido que ha muerto. La experiencia de acompañamiento invitaba así a las personas a participar de las tradiciones de la festividad y a desearle al difunto un viaje exitoso al otro lado.