Diseñar un metaverso accesible e inclusivo

La Web 2.0, la más reciente iteración de Internet caracterizada por el auge de las redes sociales y los contenidos generados por los usuarios, contribuyó en gran medida a replantear la conciencia social en torno a la raza, el género, la sexualidad, la discapacidad y otros aspectos. Aunque las plataformas sociales han dado cabida a un amplio abanico de voces, los líderes que están detrás de ellas suelen ser blancos y hombres, lo que traiciona la idea de que lo digital es el espacio de bienvenida para todos que debería ser.

A medida que empezamos a imaginar el metaverso y a participar en él, tenemos la responsabilidad de ayudar a construir un entorno digital que sea realmente inclusivo y accesible, que ofrezca a todo el mundo (independientemente de su capacidad, situación económica o cualquier otro factor) la oportunidad de crear y participar. Porque cuanta más gente pueda, mejor será el metaverso para todos.

Todos tenemos la responsabilidad de hacer accesible el metaverso

Existe la frase "Nada para nosotros sin nosotros" Lo que significa es que el diseño de las políticas no debe decidirse sin la representación y participación de quienes se ven afectados. En este sentido, la industria del videojuego ha hecho considerables avances con la comunidad de discapacitados: las muy celebradas características de accesibilidad del juego de carreras Forza Horizon 5, que salió a la venta a finales del año pasado, se crearon en colaboración con aportaciones directas de la comunidad. Estas características tienden a extenderse a otros juegos y experiencias inmersivas como las del metaverso. Aun así, las marcas y las empresas que lideran la creación de este espacio -constructores de hardware, plataformas y experiencias digitales- pueden hacer mucho más para facilitar el acceso y la participación reales.

En términos generales, la accesibilidad en el metaverso significa proporcionar un campo de juego equitativo para que todos puedan contribuir al motor económico clave que es: se espera que la economía metaversa tenga un valor de 13 billones de dólares en 2030. Sin embargo, sólo el 63% de la población mundial está conectada a Internet. La falta de conectividad no está reservada a los países en desarrollo. Casi un tercio de los hogares neoyorquinos carecen de Internet de banda ancha, un requisito básico para las experiencias inmersivas que caracterizan al metaverso. Tener acceso a Internet de banda ancha es esencial para cualquier creador que desee construir, vender o comerciar con activos en estos nuevos mundos, o desarrollar las habilidades fundamentales necesarias para prosperar en el metaverso.

Muchos países están abordando estos problemas declarando el acceso digital un derecho humano, como Estonia, que ha establecido un sistema nacional de alfabetización digital. Pero no debemos esperar a que los gobiernos se pongan al día con el ritmo de la tecnología; las empresas pueden desempeñar un papel importante en la mejora de las cualificaciones y el acceso. Esto podría incluir el apoyo a campamentos de codificación o la donación de hardware a las escuelas, ayudando a la próxima generación a prepararse y mantenerse competitiva para la economía virtualizada.

La importancia de la representación y la autoexpresión

La construcción es una actividad fundamental en el metaverso, en el que el público participa en la configuración de experiencias aprovechando las herramientas proporcionadas por los desarrolladores. Esto hace que la representación sea importante en las experiencias y la narración metaversales, ya que permite al público construir identidades que le parezcan auténticas, ya sea una representación 1:1 del yo físico, un alejamiento completo de la realidad o un punto intermedio.

Al igual que las opciones de accesibilidad han abierto los juegos a grandes audiencias, una amplia variedad de opciones de representación puede permitir la pertenencia al metaverso. Aunque todavía hay margen de mejora, juegos como Los Sims sirven de excelente ejemplo de cómo representar la diversidad para construir avatares e identidades, como las amplias opciones de género y la eliminación de la exclusividad de opciones entre personajes masculinos o femeninos. Del mismo modo, quienes construyen y diseñan experiencias metaversales pueden incluir opciones inclusivas como peinados para negros, prótesis, dispositivos de asistencia/movilidad y mucho más para garantizar que todos en el metaverso puedan ser ellos mismos.

Aun así, es probable que los prejuicios del mundo real se trasladen al metaverso, es decir, que las personas no siempre se sientan cómodas representándose a sí mismas de formas que reflejen su apariencia física. Las limitaciones del hardware también pueden afectar a la fidelidad a la hora de representar una amplia variedad de cuerpos; por ejemplo, los cascos de RV que se comercializan hoy en día se desarrollaron originalmente con ciertos gradientes de color como prioridad menor, lo que evoca problemas similares en la fotografía desde los tiempos del cine hasta ahora. Sin embargo, al permitir la diversidad tanto en la creación como en la participación en estos espacios, los desarrolladores de plataformas y experiencias metaversas pueden cultivar una cultura digital de respeto en la que esperamos ver un alejamiento de estas preocupaciones.

Las plataformas deben anticiparse a los problemas de seguridad

El acceso y la representación son cruciales para que personas de toda condición puedan participar visiblemente en el metaverso, ya sea como profesionales de la industria que construyen la tecnología o como público que participa en comunidades y experiencias. Pero estos esfuerzos no sirven de nada si no es un espacio seguro para todos, lo que significa que un metaverso inclusivo y equitativo debe tener en cuenta la seguridad de los usuarios.

Como hemos visto en las dos últimas décadas en Internet, el anonimato puede llevar a comportamientos destructivos, y no hay razón para creer que esos comportamientos desaparecerán en un espacio digital más corporativizado. La moderación en el ámbito digital ha sido históricamente difícil de ampliar, aunque los desarrolladores de juegos y plataformas tecnológicas pueden mitigar las experiencias inseguras implementando funciones que ayuden a las personas a tener un mayor control sobre la forma en que los demás pueden interactuar con ellas. La función de Zona Segura de Horizon Worlds, por ejemplo, permite distanciarse de los demás estableciendo límites personales. Las plataformas metaverso pueden seguir evolucionando y adaptando estas funciones según sea necesario.

Ninguna empresa o cultura puede construir por sí sola un metaverso equitativo e inclusivo. Por eso, los integrantes de nuestro sector -incluidas las marcas, los socios y las plataformas tecnológicas con las que trabajamos- debemos unirnos a las comunidades a las que servimos para desarrollar entornos virtuales abiertos, seguros y de confianza. Juntos, tenemos la oportunidad de hacerlo mejor y construir una nueva era digital que sea inclusiva desde el principio. Manos a la obra.

Este artículo ha sido elaborado por Catherine D. Henry, Vicepresidenta Sénior de Crecimiento, Metaverso y Estrategia de Innovación; Lewis Smithingham, Director de Soluciones Creativas; James Nicholas Kinney, Jefe de Diversidad y Descubrimiento de Talentos; Iulia Brehuescu, Directora de Accesibilidad Digital; Sam Haskin, Jefe de Prácticas de Marketing Inclusivo; Rona Mercado, Directora de Marketing de Cashmere Agency; y Vanessa Zucker, Directora de Marketing y Comunicación.