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A medida que crece la demanda de sanidad digital, hay que empezar por la confianza

4 mins de lectura
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Escrito por
Sadie DeMaioribus
Global Digital & Creative Strategist

A stethoscope, laptop, and iPad are hovered over by a person

Estamos en la cúspide de una revolución sanitaria mundial. Si algo nos han enseñado los últimos 16 meses es que ha llegado el momento de invertir en plataformas y soluciones digitales que puedan mejorar los resultados de los pacientes y alimentar un proceso de innovación más sólido. La pandemia aceleró la adopción de herramientas sanitarias digitales tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios. Pero, aunque lo digital está dando a los pacientes un mayor acceso y conocimiento de su salud, aún quedan muchos obstáculos. La sanidad y la tecnología deben unirse para crear soluciones basadas en la privacidad y el consentimiento, o corren el riesgo de ahogar las posibilidades de los pacientes de utilizar sus datos personales para gestionar eficazmente su propia salud.

La sanidad digital no es nueva. Conceptos antaño disruptivos y basados en datos, como las plataformas de prescripción directa al consumidor (DTC) y las formulaciones de productos a medida, están surgiendo a diestro y siniestro. Estas innovaciones han impulsado la transformación de la sanidad digital, que ha pasado de ser un "nice-to-have" a ser un "must-have", incluso en mercados reguladores rigurosamente centrados en la privacidad del paciente. Y, aunque todos estamos de acuerdo en que la privacidad es crucial y los datos de los pacientes deben salvaguardarse, las suposiciones de restricciones abrumadoras y la dependencia excesiva de datos de terceros han dificultado la innovación.

Los pacientes tienen datos, pero no saben qué hacer con ellos

Hoy en día, los pacientes disponen de más datos personales que nunca -recogidos a través de dispositivos portátiles, aplicaciones de ejercicio y de seguimiento de dietas- y ahora recurren a los profesionales sanitarios para que les ayuden a darles sentido. Aunque la tecnología digital ha ganado terreno en usos como la telesalud, existe una nueva oportunidad para que la atención sanitaria -ya sea farmacéutica, de pago o sanitaria- aproveche la tecnología digital para informar de forma significativa y mejorar el tratamiento.

A person wearing a device on their wrist and holding a phone

Las prácticas actuales limitan el valioso diálogo sobre la experiencia de tratamiento del paciente. El modelo escalonado de Estados Unidos, por ejemplo, funciona como un gran juego del teléfono: las empresas farmacéuticas hablan con sus representantes, que a su vez hablan con los profesionales sanitarios, que a su vez hablan con sus pacientes. Hay muchos intermediarios; no existe una conexión clara entre los pacientes y los innovadores en tratamientos, información que puede impulsar nuevos avances y mejores resultados terapéuticos.

Piense ahora desde el punto de vista de un paciente: considere lo difícil que es acceder a los historiales médicos de su anterior médico después de mudarse a una nueva comunidad (o país). Si los historiales están digitalizados, es en discos duros almacenados en las propias instalaciones. Incluso los pacientes que intentan acceder o compartir voluntariamente sus historiales con un nuevo médico pueden crear confusión en un proceso complejo. Y ahí lo tienen: la autonomía del paciente -y su derecho a poseer sus propios datos- se pierde en la burocracia destinada a protegerlo.

Los retos: Proteger la intimidad del paciente y des-silenciar el panorama de la innovación

Hace poco vi cómo esta desconexión entraba en juego mientras trabajaba con el equipo de MediaMonks Labs, que elaboró un informe sobre cómo curar la atención sanitaria a través de la innovación digital. Como parte del informe, el equipo creó un prototipo de herramienta que traduce la jerga médica a un inglés sencillo. El noble objetivo de la herramienta: facilitar a los pacientes la lectura y comprensión de su informe médico. Así, "lesión en la epidermis de la zona axilar" se entiende simplemente como "herida en la axila".

La herramienta extrae sus definiciones del diccionario médico de Harvard para garantizar la exactitud de las traducciones y se basa en la API Cloud Vision de Google para reconocer el texto. El prototipo es una prueba de concepto útil, pero se ha topado con un obstáculo en su desarrollo: dada la preocupación por la privacidad y las restricciones normativas, no se puede simplemente enviar información médica personal a Google (o a cualquier otra plataforma) sin saber exactamente cómo se utilizarán esos datos o cómo se almacenarán. El reto ilustra la necesidad de una mayor colaboración con las plataformas tecnológicas para desarrollar canales seguros y respetuosos con la privacidad para transferir datos médicos y ofrecer a los pacientes una mayor transparencia sobre cómo se guardan sus historiales.

Dos conclusiones: Empezar con contenidos y experiencias en los que los pacientes puedan confiar

Los pacientes quieren tener más control sobre su salud, y las marcas sanitarias buscan datos que puedan utilizar para mejorar el tratamiento. Entonces, ¿qué dos cosas pueden hacer hoy para construir una relación más estrecha con sus pacientes?

  1. Contenido. Contenido. Contenido. Cualquiera que haya navegado alguna vez por WebMD comprenderá que hay un hambre de contenido médico en el que se pueda confiar: la gente está deseando investigar en cada etapa de su tratamiento. Las marcas interesadas en comprender a sus usuarios y desarrollar contenidos que sean más relevantes para los pacientes pueden aprovechar soluciones de primera parte que respeten la privacidad, como las plataformas de datos de clientes.
  2. Lasexperiencias digitales de tratamiento también han tenido mucho éxito. Se trata de algo más que trasladar a la tecnología digital la visita habitual al médico; es un sector en crecimiento de marcas farmacéuticas especializadas en venta directa al consumidor que se ocupan de cada paso de la relación, desde la formulación y el etiquetado blanco de los medicamentos hasta la oferta de contenidos atractivos y la conexión directa (y conforme a las normas) con los pacientes a través de la tecnología digital. Los tratamientos para enfermedades comunes con soluciones de venta libre son ideales para este tipo de intercambio basado en la experiencia.

El trasfondo de ambas oportunidades es que los pacientes desean un acceso rápido y sencillo a información médica en la que puedan confiar. Ya están viendo el valor de intercambiar sus datos personales para obtener mejores resultados sanitarios a través de tecnologías como los relojes inteligentes que controlan la presión arterial o el corazón. A medida que crece la demanda de atención sanitaria digital, las marcas pueden apoyar a los pacientes aprovechando esas necesidades y amplificando esos esfuerzos mediante la creación de asociaciones basadas en la privacidad.

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