La artesanía detrás del comercial: cómo tabletop conecta la física con la creatividad

En el campo de la fotografía tabletop, que suele referirse a la filmación de objetos con gran detalle, productos como alimentos, bebidas, cosméticos u otros líquidos hacen las veces de actores. Pero como no viven, no hablan ni responden a nuestras indicaciones, necesitamos técnicos en el plató para hacer que los productos se muevan de la forma que una directora quiere, por ejemplo. Gracias a un equipo especializado, un ingeniero puede hacer magia con la fresa no solo para que se mueva, sino para que lo haga perfectamente sincronizada y enfocada. En otras palabras, todos los días tenemos que luchar contra la gravedad para mantener a cada actor bajo control, todo para contar una historia de aspecto apetitoso que resuene en el público.

Para atraer al público hay que apuntar a las papilas gustativas.

A los efectos de esta nota, vamos a centrarnos en el rodaje de la comida, teniendo en mente la fresa como protagonista de nuestra campaña. Todo comienza con la definición del atractivo gustativo de una marca y su producto. Con cada cliente, el objetivo de nuestro equipo es ayudarle a traducir su estrategia de marca en imágenes de alimentos, y así crear un atractivo distintivo. Hay varias rutas para llegar a este destino, cada una con sus propias expresiones y asociaciones.

"Ayudamos a las marcas a crear un atractivo al paladar reconocible, por ejemplo, mediante herramientas como el movimiento", explica nuestra Directora de Films Catherine Millais. "¿Debe el producto moverse de forma explosiva o elegante? ¿Debe bailar breakdance o ballet? ¿Debe saltar, brincar o solo caerse? Cuando piensas en cómo vas a presentar la comida a un consumidor, ese es el tipo de preguntas que tienes que hacerte, para poder empezar a definir un conjunto de elementos visuales para tu diseño, reglas sónicas para tu sonido y reglas de comportamiento para tu producto"

Es importante tener en cuenta que la comida es inherentemente cultural, social y emocional. Como tal, el lenguaje visual de los productos alimentarios está en constante cambio: reacciona a la geografía y a las actitudes socioculturales cambiantes, a lo que ocurre en la cultura popular e incluso a los avances tecnológicos. Como cineastas del marketing y la publicidad, es crucial ser sensibles a la cambiante estética de los alimentos y a las distintas formas en que se puede transmitir el atractivo del sabor. De hecho, nos permite ver el sabor a través de nuevas lentes. Sobre todo, nos ayuda a entender cómo la audiencia puede establecer su propia visión de lo delicioso.

Imagina esta escena: nuestra caja de herramientas del sabor, que hemos desarrollado para que nuestros clientes comprendan cómo podemos jugar con diversos elementos para determinar el atractivo gustativo de un producto. Varias herramientas nos ayudan a definirlo, como el movimiento, la velocidad de la cámara, el sonido, la ambientación o incluso el estilismo de los alimentos, por nombrar algunas, todas ellas disponibles en nuestro estudio. Nuestra primera tarea es sentarnos con los responsables de marketing de la marca y asegurarnos de que traducimos la voz de la marca y el briefing creativo en un anuncio afinado, impactante y sabroso.

El principal reto es destacar en un mar de delicias. Lo primero que distinguirá a tu anuncio es el concepto creativo. Lo segundo es cómo aprovechar las herramientas disponibles, y es aquí donde entra en juego el rol de especialista en efectos especiales.

¿Necesitas provocar una explosión controlada? Llama a nuestro equipo de efectos especiales.

Los efectos especiales son una parte fundamental de un rodaje tipo tabletop. Nuestros especialistas en efectos especiales controlan el movimiento de los objetos que estamos filmando, como la liberación automática de líquidos o las explosiones de productos, todo con una precisión de milisegundos. Cada movimiento tiene que producirse exactamente en el mismo lugar cada vez para que siempre esté enfocado. Intenta decírselo a la fresa que debe saltar sobre un cremoso lecho de yogur.

Antes de empezar a probar y configurar los efectos, nuestros especialistas tienen que entender la visión del director o directora. Nuestro especialista en efectos especiales, Jesse Dermout, me cuenta que "la idea de un director puede ser bastante abstracta, lo que puede dificultarme entender qué es exactamente lo que quiere. Una vez que lo hemos hablado y estamos de acuerdo, es cuestión de encontrar las herramientas adecuadas para conseguir los efectos deseados. Para un movimiento lento, por ejemplo, utilizaría un motor eléctrico programado para dar pasos muy precisos, mientras que para algo más explosivo usaría neumática, que es aire a presión con el que hacer volar cosas".

En esencia, nuestro equipo de efectos especiales presta apoyo a nuestros directores y otros equipos de ingeniería en el set, como operadores de robótica, lo que hace que el trabajo de efectos especiales sea tanto creativo como técnico. "Aunque mi papel es principalmente técnico, la parte creativa consiste en pensar en cómo hacer que los efectos funcionen de una forma cinematográfica, es decir, que sean maniobrables, que los movimientos sean muy pequeños y que no haya demasiadas cosas en el encuadre", dice Dermout. En otras palabras, los efectos especiales consisten en superar los límites que impone el propio cine, como la iluminación, el decorado, el encuadre, etc., asegurándose al mismo tiempo de que los efectos funcionen.

La forma de conseguirlo es mediante pruebas rigurosas. Una vez que la directora cuenta con un encargo creativo, nuestros especialistas en efectos especiales hacen una prueba tras otra, realizan análisis de tensión, crean equipos en software de modelado, imprimen prototipos en 3D y prueban la versión física de un equipo, hasta que finalmente consiguen que el encargo funcione en la práctica. No cabe duda de que para ser especialista en efectos especiales no solo hace falta una mente orientada a las soluciones y un buen ojo para los detalles, sino también mucha paciencia.

Robótica, la fresa del postre.

Sin equipos especializados, como nuestros rigs hechos a medida para mover materiales de formas específicas y nuestras cámaras de alta velocidad, el tabletop no sería posible. Pero hay una herramienta más de la que nuestro equipo no puede prescindir: nuestro robot. Tabletop requiere tener cada elemento bajo control, y el control del movimiento es clave. Mo-co se refiere al movimiento controlado por ordenador y se puede utilizar para mover la cámara, el objeto que estás fotografiando, la iluminación o todo lo anterior simultáneamente. En fotografía tipo tabletop, esto nos proporciona una precisión y una velocidad repetibles y exactas, lo que ayuda, ya que a menudo se reduce a milisegundos. Un brazo robótico mo-co puede desplazarse suavemente a una velocidad de 1 metro por 0,5 segundos, lo que significa que puedes seguir repetidamente a tu fresa ondulante y mover la cámara alrededor de la fruta mientras cae.

Una mano humana nunca dejará caer algo exactamente en el mismo sitio y en el mismo momento. Así que hay que limitar todas las variables no solo para conseguir un determinado efecto, sino para hacerlo enfocado, de la forma y en el momento adecuados. Estás diseñando un producto para que haga algo que no haría de forma natural, lo cual es un reto en sí mismo. Pero la gente del sector dice que el verdadero reto es luchar contra la gravedad, porque la mesa es el punto de encuentro entre la creatividad y la física. Afortunadamente, nuestro equipo de creatividad, dirección, ingeniería, edición y producción de alimentos está muy unido y capacitado para trabajar en estrecha colaboración, desde la exploración de la identidad del sabor con los responsables de marketing de una marca hasta el uso de equipos de alta gama para ofrecer anuncios deliciosos y distinguibles, superando por todos los momentos complicados.